Seguridad en el quirófano en tiempos de transición: ¿cómo se puede superar el reto?
La seguridad en el quirófano depende de múltiples factores: desde el tamaño y la distribución de la sala hasta la tecnología médica cada vez más sofisticada, pasando por la higiene, la logística y los factores humanos. Al mismo tiempo, la cirugía tradicional está experimentando cambios significativos y los quirófanos altamente complejos están cobrando cada vez más relevancia. Estas transformaciones fundamentales en el panorama de los quirófanos y, en consecuencia, en las condiciones de trabajo, requieren ajustes adecuados para garantizar tanto la seguridad de los pacientes como la protección del personal del quirófano. Al fin y al cabo, el quirófano no es un lugar de trabajo típico: quienes trabajan en él deben mantener un alto nivel de atención y concentración en todo momento, y a menudo se ven expuestos a cargas de trabajo cada vez mayores debido a las presiones económicas. Paralelamente, la escasez de profesionales cualificados está provocando una creciente falta de personal. En conjunto, estos factores suelen provocar altos niveles de estrés y tensión psicológica entre el personal. La combinación de tareas complejas, una carga de trabajo cada vez mayor y una gran responsabilidad podría provocar una sobrecarga grave y un riesgo de agotamiento y absentismo del personal.
Además, desde el punto de vista ergonómico, las enfermeras de quirófano suelen trabajar en condiciones desfavorables, principalmente de pie y con frecuencia en lo que se denomina «posturas forzadas». La manipulación de cargas pesadas, como bandejas de instrumentos o dispositivos médicos, así como el esfuerzo físico que supone colocar a los pacientes, supone una carga adicional para el sistema musculoesquelético. Como resultado, los trastornos musculoesqueléticos son mucho más frecuentes entre el personal de quirófano. Los riesgos habituales en el lugar de trabajo en el quirófano incluyen tropiezos, resbalones y caídas, así como lesiones por golpes con el equipo o por pellizcos o aplastamientos. También son frecuentes los cortes y las lesiones por pinchazos con agujas, que conllevan un riesgo de infección. Las mejoras en el diseño y la ergonomía del lugar de trabajo pueden suponer un alivio considerable.
Organizar y equipar adecuadamente el quirófano: en beneficio del personal y los pacientes
Un sistema de almacenamiento y organización bien diseñado, situado cerca del punto de uso, puede ayudar a reducir las distancias de transporte y el esfuerzo físico que supone para el personal levantar y transportar objetos. Además, se necesitan soluciones integrales y completas que satisfagan las exigencias de los flujos de trabajo actuales y futuros, al tiempo que proporcionan un apoyo óptimo al equipo quirúrgico. Con el auge de las intervenciones mínimamente invasivas, los requisitos de los equipos de quirófano también están evolucionando, incluida la mesa de quirófano como elemento central. Las mesas quirúrgicas actuales deben cumplir las normas técnicas de radiotransparencia, estabilidad e higiene, al tiempo que ofrecen opciones de posicionamiento flexibles que se adapten a diversas necesidades clínicas. Desde el punto de vista ergonómico, las mesas quirúrgicas también deben adaptarse a las condiciones de trabajo del personal para favorecer un entorno de trabajo más saludable y mejorar la seguridad laboral. Por ejemplo, mesas como la Maquet Magnus, que permiten trasladar a los pacientes sin necesidad de cambiarles de posición, pueden ayudar a acortar los tiempos de rotación y reducir la carga de trabajo del personal de enfermería.
Posicionamiento óptimo del paciente y mejora de la ergonomía en el lugar de trabajo.
Un factor crucial para la seguridad del paciente es su colocación adecuada, no solo durante la cirugía, sino también antes y después de la intervención. La colocación óptima del paciente en la mesa quirúrgica es esencial para proporcionar a los cirujanos el mejor acceso y visibilidad posibles del campo quirúrgico, al tiempo que se protege a los pacientes de lesiones relacionadas con la posición. Esto ayuda a prevenir complicaciones a largo plazo, como daños nerviosos o úlceras por presión, que pueden retrasar la curación y la rehabilitación. Los pacientes siempre deben colocarse de manera que se maximice el acceso al campo quirúrgico y se minimice el riesgo de complicaciones. Esto requiere un acolchado adecuado, una distribución de la presión y un alivio de la presión en una mesa quirúrgica que pueda ajustarse con precisión a las necesidades clínicas de posicionamiento. En la cirugía de alta frecuencia, deben seguirse protocolos de posicionamiento adicionales para garantizar que los pacientes estén aislados y no entren en contacto con materiales conductores.
Los sistemas modernos de mesas quirúrgicas, que se caracterizan por su gran flexibilidad, modularidad y compatibilidad, como la Maquet Magnus, compatible con quirófanos híbridos, o la Maquet Otesus de Getinge, adaptable, ofrecen ventajas significativas. Estos sistemas pueden satisfacer los requisitos específicos de diversas disciplinas quirúrgicas en términos de posicionamiento del paciente, acceso óptimo al campo quirúrgico y ergonomía del lugar de trabajo, al tiempo que contribuyen a la seguridad en el quirófano. Su contribución es aún más significativa cuando incluyen características como la detección automática de colisiones y la protección integrada contra inclinaciones, como se observa en sistemas como Maquet Corin.