El SDRA es un síndrome que no se detecta ni se trata lo suficiente y que está asociado a una tasa de mortalidad elevada. El SDRA es un proceso progresivo y cuenta con una ventana de tratamiento temprano que se puede aprovechar.[1]
SDRA: el reto clínico
El síndrome de dificultad respiratoria aguda (SDRA) es una afección pulmonar grave que provoca bajos niveles de oxígeno en la sangre. Se ha estimado que la carga global del SDRA supera los tres millones de pacientes al año.[2]
La mortalidad del SDRA severo se registró en un 46,1 % en un estudio observacional que incluía 459 UCI de 50 países.[1] En EE. UU., el SDRA afecta aproximadamente a 200 000 personas y produce 74 500 muertes al año.[3]
¿Cuáles son las causas?
El SDRA es un síndrome, lo que significa que se presenta con signos y síntomas que pueden estar causados por varias enfermedades diferentes. Es una afección grave, lo que significa que normalmente las patologías graves pueden provocar SDRA, como traumatismos graves, infecciones graves o afecciones inflamatorias graves.
El SDRA ha sido definido por un consenso de expertos en Berlín como una insuficiencia respiratoria hipóxica (PaO2/FiO2 <300 mmHg) aguda (menos de una semana) que causa infiltrados pulmonares bilaterales y que no se puede explicar razonablemente a causa de edema pulmonar, derrames pleurales o nódulos.
Tratamiento
Un algoritmo de tratamiento de muestra para adultos con SDRA comienza con el tratamiento de la causa subyacente, pero la optimización de la ventilación mecánica es clave para la recuperación pulmonar y la reducción de complicaciones. Los planes de tratamiento deben individualizarse en función de la causa y de las intervenciones disponibles en el centro de tratamiento.[4]
La pandemia de la COVID-19 ha producido un aumento de pacientes con síndrome de dificultad respiratoria aguda (SDRA) en las unidades de cuidados intensivos de todo el mundo.[5]