Manejo perioperatorio de fluidos personalizado
Un enfoque personalizado
Razones para confiar en el enfoque personalizado de la monitorización
Del mismo modo que los pacientes son diferentes entre sí, las necesidades de monitorización también pueden variar de un paciente a otro. Por lo tanto, se debe aplicar un enfoque personalizado del manejo intraoperatorio de fluidos para controlar, realizar un seguimiento y observar la hemodinámica en una amplia gama de pacientes quirúrgicos.[1]
En una población que envejece con una mayor comorbilidad, la monitorización hemodinámica se ha vuelto aún más crítica hoy en día a la hora de optimizar el manejo perioperatorio de fluidos.[1] Se ha demostrado que una monitorización estrecha de la hemodinámica durante la inducción anestésica, la cirugía y el posoperatorio previene la aparición de resultados adversos.[2]
Monitorización del flujo sanguíneo para el manejo de fluidos
Desde la presión sanguínea hasta el flujo sanguíneo, respuesta a volumen, resistencia vascular sistémica y contractilidad cardíaca: la monitorización hemodinámica avanzada permite el desarrollo de estrategias terapéuticas para volumenes, inotrópicos y fármacos vasoactivos para optimizar la perfusión tisular.[1],[3]
Los estudios lo confirman: el manejo intraoperatorio de fluidos ofrece mejores resultados
Numerosos estudios documentan que la terapia de fluidos intraoperatoria individual guiada por objetivos mejora los resultados después de la cirugía y contribuye positivamente a la reducción de los costes hospitalarios.[2],[4],[5] Además, los protocolos de recuperación mejorada posoperatoria (ERAS) recomiendan la optimización intraoperatoria individualizada mediante monitorización hemodinámica.[6]
No obstante, incluso las intervenciones básicas en pacientes sanos conllevan el riesgo de que se produzcan complicaciones, como es el caso de la hipotensión. Una de las constantes vitales más importantes de los pacientes, la presión sanguínea, también debe monitorizarse continuamente como indicador del estado del paciente.[7],[8]
La importancia de la detección precoz de la hipotensión perioperatoria
Aunque es difícil alcanzar un consenso sobre lo que constituye la hipotensión intraoperatoria, los estudios muestran claramente que mantener una presión arterial media (PAM) intraoperatoria superior a 65 mmHg puede reducir el riesgo de complicaciones y efectos adversos.[9]
Además, los estudios sugieren que limitar las fluctuaciones de la presión sanguínea hipotensiva a <30% del nivel basal podría ayudar a prevenir los ictus posoperatorios.[10] La monitorización continua de la presión sanguínea latido a latido es una forma de controlar de forma segura las condiciones hemodinámicas en el quirófano.
Mantenga equilibrado el estado de los fluidos de sus pacientes
Los pacientes que se someten a cirugías de riesgo alto y medio siempre se benefician de una vigilancia estrecha.[2] La administración de fluidos óptima perioperatoria es la clave para una recuperación exitosa.[2],[11] Con un rango dinámico de parámetros hemodinámicos, puede optimizar con éxito el mejor tratamiento individual para sus pacientes.[12] Guíe el tratamiento de fluidos mediante el uso de parámetros dinámicos para optimizar el equilibrio entre el suministro y el consumo de oxígeno.
Identifique de forma continua el grado de riesgo de sus pacientes
Un resumen rápido de los parámetros hemodinámicos, así como la interacción de los valores de umbral, permiten un ajuste inmediato y específico del tratamiento. Vigilar de forma continua cualquier cambio en el estado hemodinámico del paciente ayuda a ajustar las estrategias de tratamiento adaptadas a cada paciente.
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