Reducir la carga de una crisis sanitaria mundial
Todo el mundo corre el riesgo de desarrollar sepsis. En todo el mundo, hasta 50 millones de personas sufren sepsis cada año. Cada 2,8 segundos, un paciente muere por sepsis y complicaciones asociadas. A menudo, se puede prevenir mediante la vacunación, el agua limpia y la higiene, un parto seguro y la prevención de infecciones hospitalarias. No obstante, la sepsis suele subdiagnosticarse, sobre todo en una fase temprana en la que los tratamientos tienen más éxito.[1]
La sepsis es una emergencia médica con altas tasas de mortalidad. Los supervivientes de la sepsis suelen sufrir discapacidades a largo plazo. Uno de cada cuatro pacientes con sepsis no sobrevive a la hospitalización.[2],[3]
La sepsis se define como una respuesta inmune desregulada a una infección que lesiona los tejidos y órganos del cuerpo. Como disfunción orgánica potencialmente mortal, la sepsis puede provocar un choque y un fallo multiorgánico. Si no se reconoce de forma temprana y se trata con prontitud, la sepsis suele provocar la muerte. La sepsis es la forma más común de morir de una enfermedad infecciosa en todo el mundo, incluidos virus como el SARS-CoV-2. La sepsis adquirida en el hospital representa más del 40 % de las tasas de mortalidad y sigue siendo una de las complicaciones más comunes en las unidades de cuidados intensivos.[4],[5],[6]
Entre el 60 y el 80 % de los pacientes de la UCI con sepsis se infectaron dentro del hospital[7] |
100 % más de probabilidad de morir en los próximos 5 años[8] |
76 000 € de coste medio por paciente con sepsis en Alemania[9] |
¿Cuál es la causa de la sepsis?
- La infección suele estar causada por bacterias, hongos, virus o parásitos.
- Las principales fuentes de infecciones que provocan sepsis son los pulmones, el abdomen, las vías urinarias o la piel.
- El 50 % de todos los casos de sepsis comienzan como una infección pulmonar.
- En el 35-50 % de los casos no se encuentra un origen definitivo.
- Las endotoxinas inician una cascada fisiopatológica.
- Una desregulación de la respuesta proinflamatoria de las citocinas, que promueve la inflamación perjudicial para el tejido.
Síntomas de la sepsis
Sepsis y SARS-CoV-2
«... la COVID-19 causa sepsis, sin lugar a dudas».
Actualmente, se sabe que la COVID-19 puede causar neumonía grave y que otros órganos también pueden verse afectados por el SARS-CoV-2. Las lesiones multiorgánicas, típicas de la sepsis, se producen en el 2-5 % de los pacientes con COVID-19, tras aproximadamente 8-10 días. La sepsis y sus complicaciones causan una alta mortalidad entre los pacientes con COVID-19. Por lo tanto, conocer y reconocer los primeros signos de sepsis es crucial para poder iniciar el tratamiento. Una intervención oportuna después del diagnóstico puede salvar vidas y evitar daños en las funciones vitales de los órganos.[10]
Gestión hemodinámica de la sepsis
La gestión hemodinámica es un aspecto terapéutico clave en el tratamiento de pacientes con sepsis o choque séptico.[10]
La gestión hemodinámica de pacientes con sepsis y choque séptico es una piedra angular importante para el tratamiento y la reanimación. Una gestión hemodinámica retrasada o inadecuada puede tener consecuencias graves. La hipoperfusión, la hipoxia tisular, el edema y la sobrecarga de fluidos pueden provocar fallos multiorgánicos.[11]
La estabilización hemodinámica es crucial tras un diagnóstico de sepsis. Es de vital importancia ofrecer una reanimación inmediata de fluidos mientras se obtienen otros resultados importantes en el laboratorio, como niveles de lactato, hemocultivos y antibióticos.[12],[13]. Además, la monitorización hemodinámica puede ayudar a identificar el tipo de sepsis y favorece la gestión de los fármacos.
El objetivo de la monitorización avanzada y la gestión de los parámetros hemodinámicos en pacientes con sepsis es optimizar y restablecer el equilibrio entre la demanda y el suministro de oxígeno a nivel tisular. Debe seguirse un enfoque terapéutico orientado a los objetivos, que garantice una perfusión adecuada y el equilibrio de los niveles de oxígeno, con una presión arterial media continua por encima de 65 mmHg.[11]
Cómo utilizar PiCCO para el tratamiento de la sepsis
PiCCO proporciona y monitoriza una serie de parámetros importantes, incluido el gasto cardíaco continuo a la cabecera del paciente, que pueden tener un impacto en las decisiones clínicas. Estos parámetros ayudan a identificar la reanimación adecuada de líquidos, sin riesgo de sobrecarga. La monitorización PiCCO también optimiza la administración de catecolaminas y agentes vasoactivos.
Gestión hemodinámica de la sepsis en las primeras 24 horas
[11], Valores medidos en: CI = L/min/m2 · GEDI = ml/m2 · ELWI = ml/kg · MAP = mmHg
Gestión hemodinámica de la sepsis tras las primeras 24 horas
[11], Valores medidos en: CI = L/min/m2 · GEDI = ml/m2 · ELWI = ml/kg · MAP = mmHg