Parámetros avanzados de monitorización: GEDI
Precarga: índice del volumen global al final de la diástole (GEDI)
La precarga, junto con la poscarga y la contractilidad, es uno de los determinantes del volumen sistólico y, por lo tanto, del gasto cardíaco. Teóricamente, se puede describir mejor como la elongación inicial de una única célula muscular del corazón antes de la contracción, lo que significa al final de la diástole. Dado que no se puede medir in vivo, deben considerarse únicamente como estimaciones. En el entorno clínico, la precarga se denomina presión diastólica final o volumen diastólico final (más preciso). Un volumen diastólico final mayor implica una mayor precarga.[1]
En el entorno clínico, la precarga se denomina presión diastólica final o volumen diastólico final (más preciso).
Una mayor presión venosa central (CVP) y/o una mayor presión en cuña del capilar pulmonar (PCWP) a menudo se consideran un indicador de mayor precarga (CVP para el lado derecho del corazón, PCWP para el lado izquierdo). Esto se debe principalmente a la limitación de que la presión no puede transferirse directamente al volumen. Por lo tanto, cualquier parámetro volumétrico que evalúe el llenado del ventrículo al final de la diástole refleja la precarga real con mayor precisión.
Mecanismo Frank-Starling
La ley de Frank-Starling establece que cuanto mayor sea el volumen de sangre que entra en el ventrículo durante la diástole (volumen diastólico final), mayor será el volumen de sangre expulsada durante la contracción sistólica (volumen sistólico) y viceversa. Este es un mecanismo adaptativo del organismo para compensar los ligeros cambios en el llenado ventricular.
La potencia del músculo del corazón depende de su carga inicial antes del inicio de la contracción
Sin embargo, también se puede utilizar para aumentar el volumen sistólico mediante la administración de volumen por razones terapéuticas. La fuerza que genera cualquier fibra muscular cardíaca es proporcional a la longitud inicial de los sarcómeros (conocida como precarga) y el estiramiento de las fibras individuales está relacionado con el volumen ventricular al final de la diástole.
Un aumento en la precarga provocará, hasta cierto punto, un aumento del volumen sistólico (SV), basado en un estiramiento previo óptimo de las fibras musculares miocárdicas. Hasta cierto límite, cuanto más se estiran los sarcómeros de las células musculares, mayor será la contracción. Por otro lado, la contractilidad puede disminuir en condiciones de sobrecarga de volumen.
Curva esquemática de Frank-Starling para verificar el estado de la precarga
A = precarga óptima, B = respuesta al volumen, C = sobrecarga de volumen